Me llamas Señor, y no me obedeces.
Me llamas Luz, y no me ves.
Me llamas el Camino, y no me sigues.
Me llamas la Vida, y no me deseas.
Me llamas Sabio, y no me escuchas.
Me llamas Rico, y no me pides.
Me llamas Amigo, y en Mí no confías.
Me llamas Rey, y no me sirves.
Me llamas Bondadoso, y me temes.
Me llamas Maestro, y no me preguntas.
Me llamas la Verdad, y no me crees.
Me llamas el Amor, y no te dejas amar.
Me llamas Médico, y no permites que te cure.
Me llamas Puerta, y te quedas fuera.
Me llamas el Todo, y no tiene un espacio para Mí.
Me llamas el Buen Pastor, y huyes de mí.
Me llamas el Único, y vives como si no existiera.
Me llamas Dios, y no me amas ni temes.
Y… si te condenas, no ME CULPES.