DOMINGO DE LA TERCERA SEMANA DE CUARESMA
Leer textos: Éxodo 3,1-8.13-15/ Salmo 102/ 1Corintios 10,1-6.10-12/ Lucas 13,1-9
Reflexión:
Escarmentar en cabeza ajena.
Durante el tiempo de Cuaresma hay quien dice que, en caso de no cumplir estrictamente con los preceptos religiosos o acciones propias de este tiempo litúrgico, se corre el riesgo de graves peligros. Por ejemplo, hay personas que el miércoles de ceniza v na a recibir la ceniza sobre su cabeza, mas por temor que por un deseo de conversión. Es decir, se piensa que por no recibirla o no acercarse al templo ese día, puede sucederle algo malo. Lo mismo se piensa del ayuno de los viernes; es mas, hay quien evita hasta el baño ese día par ano recibir algún castigo divino.
Es natural que el ser humano se sienta superado por Dios, per esto no significa que deba sacrificarse cumpliendo ritos solamente para tenerlo contento; como si Dios fuera un juez castigador. El evangelio de este domingo aborda precisamente esta problemática con dos acontecimientos que causaron conmoción entre los discípulos de Jesús, y que la mayoría de la gente pensaba que habían sucedido como castigo. El primero fue una matanza de galileos que hizo Pilato en el templo mientras ofrecían sacrificios. Aunque no hay otra referencia historia a ese hecho, aparte del evangelio, este tipo de brutalidades cometidas por los procuradores romanos no eran raras. También le contaron a Jesús sobre el accidente de Siloé, un manantial de agua potable en Jerusalén, donde estaban construyendo o reconstruyendo una torre, la cual se desplomó y aplastó a dieciocho personas.
Cualquiera podría pensar que aquello sucedió para castigar a gente mala. Pero Jesús les dice que eso no es verdad, que su muerte no significa culpa sino planes de Dios (ver también Juan 9,3). No por morir de ese modo significa que fueran mas pecadores que los demás. Pero, a los que quedan vivos les sirve de ejemplo para revisar su propia vida, sirve de llamado de atención para valorar a las personas, los momentos de compartir, las oportunidades que nos da la vida para ser mejores. En el lenguaje popular se llamaría esto: “escarmentar en cabeza ajena”.
Finalmente, por si el mensaje no hubiera sido suficientemente claro, Jesús les pone otro ejemplo a sus discípulos: el de la higuera que no da fruto; se le pondrá un poco mas de cuidados, pero si el próximo año no produce, entonces será arrancada.
Nadie tiene la vida comprada, pues en cualquier momento se puede llegar al fin. En muchas cosas tal vez se nos ofrezca una segunda oportunidad, pero tratándose de la vida, no. ¿Y si hoy fuera mi ultimo día, que haría? Que cosas me hubiera gustado cambiar o mejorar? ¿Qué decisiones evitaría?
Oración personal:
Señor, muchas veces no he aprovechado las tantas veces que siento que me das una segunda oportunidad para ser mejor como debería. Perdoname por eso y permíteme entrar en conciencia de lo que he hecho o no he hecho en mi vida que vaya de acuerdo a tu voluntad. Dame tu gracias y la humildad necesaria para reconocerme como lo que soy y a ti como mi Dios y Señor. Amen!
Propósito:
Buscaré en mi historia personal algún acontecimiento que me haya hecho recapacitar y renovaré mi compromiso de ser mejor.