En la homilía que pronunció este sábado en el estadio Mikheil Meskhi, en Georgia, el Papa Francisco invitó a los católicos a seguir el ejemplo del “pequeño camino” de Santa Teresita del Niño Jesús, cuya fiesta se celebra hoy 1 de octubre, y que consiste en confiar en Dios y en su consolación con la fe de un niño pequeño.
“Ella nos señala su ‘pequeño camino’ hacia Dios: ‘el abandono del niñito que se duerme sin miedo en brazos de su padre’, porque ‘Jesús no pide grandes hazañas, sino únicamente abandono y gratitud’”, afirmó el Santo Padre al recordar los “Manuscritos autobiográficos” de la Doctora de la Iglesia.
“Lamentablemente –como escribía entonces, y ocurre también hoy–, Dios encuentra ‘pocos corazones que se entreguen a él sin reservas, que comprendan toda la ternura de su amor infinito’”, añadió el Papa.
En ese sentido, afirmó que la joven Doctora de la Iglesia “era experta en la ‘ciencia del Amor’, y nos enseña que ‘la caridad perfecta consiste en soportar los defectos de los demás, en no extrañarse de sus debilidades, en edificarse de los más pequeños actos de virtud que les veamos practicar’; nos recuerda también que ‘la caridad no debe quedarse encerrada en el fondo del corazón’”.
Durante su homilía, Francisco también agradeció a las muchas abuelas y madres que en Georgia “siguen conservando y transmitiendo la fe, sembrada en esta tierra por Santa Nino, y llevan el agua fresca del consuelo de Dios a muchas situaciones de desierto y conflicto.
El Santo Padre celebró la Misa después de atravesar y bendecir la Puerta Santa colocada a la mitad del estadio y que en un principio debía en una iglesia de la ciudad Rustavi. Sin embargo, este templo aún no se ha podido construir. Por otro lado, el altar fue decorado por un artista de Georgia que trabaja con los asistidos y operadores del Centro de Asistencia de los Padres Camilianos, a quienes el Papa visitará en horas de la tarde.
Ante los fieles reunidos, el Pontífice también reflexionó sobre la primera lectura del profeta Isaías: “Como a un niño a quien su madre consuela, así yo los consolaré”.
“Como una madre toma sobre sí el peso y el cansancio de sus hijos, así quiere Dios cargar con nuestros pecados e inquietudes; Él, que nos conoce y ama infinitamente, es sensible a nuestra oración y sabe enjugar nuestras lágrimas”, aseguró.
Dios es la “fuente del verdadero consuelo, que libera del mal, que trae la paz y acrecienta la alegría”; y por tanto, debemos “dejar que entre en nuestra vida”, añadió.
Sin embargo, recordó que “hay una condición fundamental para recibir el consuelo de Dios, y que hoy nos recuerda su Palabra: hacerse pequeños como niños, ser ‘como un niño en brazos de su madre’. Para acoger el amor de Dios es necesaria esta pequeñez del corazón: en efecto, sólo los pequeños pueden estar en brazos de su madre”.
El Obispo de Roma destacó que “para ser grande ante el Altísimo no es necesario acumular honores y prestigios, bienes y éxitos terrenales, sino vaciarse de sí mismo”.
Jesús, explicó, enseña que quien se hace pequeño como un niño “es el más grande en el reino de los cielos”.
No obstante, el Santo Padre también advirtió que cuando “la puerta del corazón se cierra”, es entonces cuando “nos acostumbramos al pesimismo, a lo que no funciona bien (…) y terminamos por encerrarnos dentro de nosotros mismos en la tristeza”.
Destacó, además, que es en la Iglesia donde se encuentra consuelo: “La Iglesia es la casa del consuelo: aquí Dios desea consolar.”.
“Recibir y llevar el consuelo de Dios: esta misión de la Iglesia es urgente. Queridos hermanos y hermanas, sintámonos llamados a esto; no a fosilizarnos en lo que no funciona a nuestro alrededor o a entristecernos cuando vemos algún desacuerdo entre nosotros”, añadió.
Finalmente se dirigió al pueblo de Georgia: “acoge el aliento que te infunde el Buen Pastor, confíate a Aquel que te lleva sobre sus hombros y te consuela. Pidamos hoy, todos juntos, la gracia de un corazón sencillo, que cree y vive en la fuerza bondadosa del amor, pidamos vivir con la serena y total confianza en la misericordia de Dios”.
Al término de la Misa el Papa agradeció el recibimiento de Mons. Giuseppe Pasotto, administrador apostólico de los latinos del Cáucaso, y de las comunidades latina, armenia y asirio-caldea. También dio gracias a las autoridades, la Iglesia Apostólica Armenia y la Iglesia Ortodoxa de Georgia.