Segundo Domingo del tiempo ordinario
Evangelio según San Juan 1,35-42.
Estaba Juan Bautista otra vez allí con dos de sus discípulos
y, mirando a Jesús que pasaba, dijo: “Este es el Cordero de Dios”.
Los dos discípulos, al oírlo hablar así, siguieron a Jesús.
El se dio vuelta y, viendo que lo seguían, les preguntó: “¿Qué quieren?”. Ellos le respondieron: “Rabbí -que traducido significa Maestro- ¿dónde vives?”.
“Vengan y lo verán”, les dijo. Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Era alrededor de las cuatro de la tarde.
Uno de los dos que oyeron las palabras de Juan y siguieron a Jesús era Andrés, el hermano de Simón Pedro.
Al primero que encontró fue a su propio hermano Simón, y le dijo: “Hemos encontrado al Mesías”, que traducido significa Cristo.
Entonces lo llevó a donde estaba Jesús. Jesús lo miró y le dijo: “Tú eres Simón, el hijo de Juan: tú te llamarás Cefas”, que traducido significa Pedro.
Reflexionemos
Basilio de Seleucia (¿-c. 468), obispo
Sermón en honor de San Andrés, 4; PG 28, 1105 (Trad.©Evangelizo.org)
“Hemos encontrado al Mesías.”
Tomando consigo a Pedro, su hermano de sangre según la naturaleza, Andrés lo conduce hacia el Señor para que se convierta en discípulo como él. Es la primera hazaña de Andrés. Hace aumentar el número de discípulos, introduciendo a Pedro, en quien Cristo encontrará el jefe de los discípulos. Tanto así que, cuando más adelante, Pedro tiene una conducta admirable, lo deberá a lo que Andrés había sembrado . La alabanza dirigida a uno, recae igualmente sobre el otro, ya que los bienes de uno pertenecen al otro, y el uno se glorifica de los méritos del otro.
¡Qué alegría procuró Pedro a los demás cuando respondió con prontitud a la pregunta del Señor, rompiendo el silencio turbado de los discípulos! […] Solo Pedro pronunció estas palabras: «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo» (Mt 16:16). Hablaba en nombre de todos, en una frase proclamaba el Salvador y su plan de salvación. ¡Cómo esta proclamación está en consonancia con la de Andrés! Con las palabras que Andrés había dicho a Pedro cuando lo condujo al Señor – «Hemos encontrado al Mesías» – El Padre celestial las confirma al inspirarlas también en Pedro (Mt 16:17): «Tu eres el Mesías, el hijo del Dios vivo.»