He compuesto una carta para mis hijos que espero inspire a los lectores de este articulo a hacer algo similar con sus hijos y nietos
He peleado hasta el fin el buen combate, concluí mi carrera, conservé la fe. Y ya está preparada para mí la corona de justicia, que el Señor, como justo Juez, me dará en ese Día, y no solamente a mí, sino a todos los que hayan aguardado con amor su Manifestación. (2 Timoteo 4,7-8)
¿Alguna vez te has pensado si tendrás la oportunidad de decirles a los que amas todo lo que tú quieres que sepan, de lo que es importante en la vida y transmitirles las lecciones de vida más fundamentales? ¿Cuántos de nosotros nos hemos beneficiado de la influencia de nuestros padres, abuelos y otras personas importantes en nuestras vidas?
Por mi enorme deseo de criar a mis hijos como hombres fuertes y Católicos fervorosos, he compuesto una carta para ellos que esperoinspire a los lectores de este articulo a hacer algo similar con sus hijos y nietos. Esta carta fue incluida al final de mi libro: «Camino Al Cielo: Una Guía Practica Para El Hombre Católico» (Emmaus Road Publicaciones)
Nuestros hijos y las generaciones futuras no conocerán a Cristo o nuestra Fe Católica a menos que compartamos nuestras experiencias y nuestra sabiduría que arduamente conseguimos. Reflexionemos siempre y oremos acerca de esta seria responsabilidad… Por el bien de ellos y el de nosotros.
Mis Queridos Hijos,
Puede parecer muy extraño que les escriba especialmente a ustedes al final de este libro. Cuando terminen de leer esta carta espero que entiendan la razón. Quiero que sepan que su madre y yo los amamos mucho y que estamos muy orgullosos de ustedes. No somos los padres perfectos pero hemos hecho lo mejor para ayudarlos a construir el camino a través de estos duros años de crecimiento y prepararlos para el futuro.
A medida que he envejecido he ganado un sentido de perspectiva y estoy agradecido por la habilidad de reflexionar en las muchas lecciones que he experimentado. Aprecio todos los retos que se me han presentado porque me han ayudado a convertirme en el hombre, esposo y padre que soy. Desearía poder recordar toda la sabiduría que mis padres compartieron conmigo cuando tenía su edad, pero solo tengo memorias pasajeras a través de los años.
¡Hay muchas cosas que desearía compartir con ustedes! Quisiera decirles que se siente enamorarse de la mujer con la que se casarán. Quiero que sepan el gozo indescriptible que sentí el día que cada uno de ustedes vino al mundo. Quiero que comprendan los momentos difíciles de mi vida espiritual cuando no tenía fe y la profunda experiencia de conversión que tuve cuando me entregué a Cristo y encontré la verdad que había estado buscando mi vida entera en la Iglesia Católica. La lista de experiencias y lecciones es casi interminable… probablemente les compartiré algunas de ellas ahora y dejaré otras para libros futuros.
Para no hacerlo complicado, aquí hay ocho cosas que quiero que piensen, oren y espero que recuerden para el resto de sus vidas:
1.- Dios los ama, sin importar las circunstancias.
Sean auténticos y siempre amen al Señor y sírvanlo. Permanezcan en nuestra Fe Católica a pesar de todas las tentaciones del mundo que los empujen afuera. Sean hombres de oración y reciban los Sacramentos con frecuencia, especialmente la Eucaristía y la Reconciliación. Nunca olviden que fueron creados para el cielo y no para el mundo.
2.- Su madre y yo les hemos enseñado la diferencia entre lo bueno y lo malo.
Nuestra Fe Católica les ha ayudado a aprender a amar a su prójimo y a servir a los demás. Nunca pierdan de vista sus valores, ellos los definen. No sacrifiquen sus valores por el confort o el placer temporales. Nunca vale la pena.
3.- La escuela no siempre será entretenida.
Tampoco lo fue para nosotros. Pero es importante tener una educación de calidad si quieren aspirar a buenas oportunidades profesionales. Nunca estén satisfechos con lo que saben. Conviértanse en constantes aprendices, no sólo en la escuela, sino también en su Fe Católica. Sean respetuosamente curiosos con la gente y con la vida en general.
4.- Ética Profesional.
Nada en la vida es gratis. Trabajen duro y siempre tendrán su recompensa. Paguen sus deudas y trabajen más duro que todos a su alrededor. No importa lo que escuchen más adelante, les garantizo no hay atajos para llegar a la riqueza y no hay sustituto para el trabajo arduo. Ya sé, esa parte sonó ¡tal como Papa!
5.- Conocerán a muchas chicas en su vida.
Trátenlas con dignidad y respeto. Interésense más en su belleza interior que en su apariencia física. Traten sus cuerpos como templos sagrados y no se entreguen a comportamientos pecaminosos. Sabrán que están enamorados cuando se les aflojen las rodillas, tengan mariposas en el estómago y no podrán dejar de pensar que ella es la chica más linda que han visto jamás. ¿Y entonces qué? Conózcanla, construyan una relación y tómense el tiempo para descubrir si ella es la correcta. Eventualmente sabrán si es ella y si ella los mira de la misma manera.
Hagan lo opuesto de la sociedad, hagan lo correcto, y guárdense para el matrimonio. Probablemente se burlaran de ustedes, pero Jesús los amará por la misma razón.
6.- Nos han escuchado a su madre y a mi decir esto un millón de veces: “¡Tienen que ser más responsables!”
Bueno, tienen que serlo. Alguien tiene que ser responsable, ¿por qué no ustedes? Si están envueltos en una actividad o un proyecto, actúen responsablemente y sean líderes. Si hacen un desastre, límpienlo. Si dicen que van a hacer algo, háganlo. Un jefe que tuve hace muchos años decía “¡Me tocó, es mío!” Siempre me ha funcionado y me ha servido de maneras incontables. No esperen a que alguien tome la responsabilidad. Puede ser que les toque a ustedes. A propósito, ¿saben quién es siempre responsable de sus acciones? Ustedes.
7.- Sean honestos con ustedes y con sus amigos.
Rodéense de personas que compartan sus valores. Sean buenos amigos con los demás y siempre díganles la verdad. Esa es la señal de un verdadero amigo. Si sus amigos eligen un camino que ustedes saben que es erróneo, no se dejen influenciar y no los sigan. El truco de la amistad es que algunas veces estamos sólos porque estamos comprometidos a seguir las creencias de la Iglesia o los valores que hemos aprendido desde la infancia. Crean en esto, nunca abandonen su fe o sus valores por hacer lo que todos hacen. Por otra parte, seguramente tendrán algunas amistades cercanas que permanecerán con ustedes a lo largo de la vida y deben ser consideradas como regalos de Dios.
8.- Sean Auténticos
Nunca pretendan ser algo que no son. Ustedes son creaciones de Dios. No se dejen tentar por el deseo que esconder quienes son, o su Fe o lo que piensan realmente de los demás.
Espero que lean esto y tengan muchas preguntas para mí. Les prometo su madre y yo estaremos siempre aquí para ayudarlos.
¿Sabían que su madre y yo tenemos una vocación que Dios nos dio? Nuestra vocación es ayudar a nuestra familia (y a los demás) alcanzar la vida eterna. Esa es nuestra responsabilidad número uno como padres.
Se tropezaran y caerán algunas veces en la vida, pero recuerden que siempre estamos aquí para ustedes y que los amamos. Pero más importante es que Dios los ama y que Él nunca los abandonará. Él quiere que ustedes aprendan, crezcan y piensen por ustedes mismos, pero que nunca se alejen de Su amor.
Hijos, quiero que sean felices. Total y absolutamente felices. ¿Y saben qué? Nunca somos realmente felices si no tenemos gozo. ¿Saben de dónde proviene el gozo? El gozo viene de poner a Cristo en el primer lugar en nuestras vidas y amarlo tanto que todos a su alrededor Lo vean a trabajando en sus vidas. Es entonces cuando tendrán gozo verdadero, el que los hará inmensamente felices.
¿Notaron el pasaje de las Escrituras al comienzo de esta carta? Reflexionen en el comienzo del pasaje:
“He peleado hasta el fin el buen combate, concluí mi carrera, conservé la fe…”
Algún día, cuando sean esposos y padres con hijos, oro para que me digan estas palabras… y pasen las lecciones a sus hijos.
Una cosa más… Este libro lo escribí para ustedes.
Con todo mi amor,
Papá.
Adaptación y traducción al español por Alejandra Pertuz para PildorasdeFe.net, del artículo publicado originalmente en Integrated Catholic Life, autor: Randy Hain